El futuro del béisbol en Puerto Rico
SAN JUAN, Puerto Rico — El Estadio Hiram Bithron en la capital puertorriqueña, construído en los años sesenta, ha sido escenario de 22 partidos de béisbol de Grandes Ligas que concluyeron el 11 de septiembre. Durante la última semana de juego aquí, el debate se ha concentrado en el futuro. ¿Volverán los Expos a San Juan para jugar parte o toda su temporada? Esa es la pregunta que se hacen todos en Borinquen.
Y como de costumbre, Major League Baseball sigue estudiando al situación sobre el futuro de los Expos y cada día la situación es mas confusa. Ahora se ha dicho que la decisión final será tomada en “varias semanas” mas. ¿Recuerdan que estaba senalada para el Juego de Estrellas y se pospuso para el primero de septiembre? Ahora la decisión se pospuso otra vez para la post-temporada.
Al llegar a San Juan, la primera historia provino de la Asociación de Peloteros que señaló que los jugadores no aprobaran jugar toda la temporada de 2004 en la Isla del Encanto. Además es amplio conocido que los jugadores no desean continuar dividiendo sus partidos locales entre dos ciudades, aunque se abstuvieron de votar sobre ello.
Los jugadores desean una opción que le permita al equipo competir y tener el descanso necesario para ello. Además les gustaría ver mejoras al estadio sanjuanero. He llegado a la conclusión de que a Major League Baseball sólo le interesa el dinero.
Vamos a evaluar primero las condiciones de jugar en Puerto Rico. El promedio de fanáticos ha sido de unos 14 a 15 mil por juego aproximadamente, que no está mal para 22 partidos, pero no es un rotundo éxito. Ello ha ayudado a mantener la nómina de los Expos.
Pero, ¿81 partidos? Un amigo abonado a los 22 partidos me asegura que eso es imposible y será un desastre económico. El costo de los boletos no está al alcance del bolsillo de los boricuas en forma permanente. Este abonado citó a manera de ejemplo como las series contra los campeones mundiales de Anaheim y los Rojos de Cincinnati, equipos que no cuentan con estelares latinos, que es la mayor atracción, fueron muy flojas en asistencia.
Los fanáticos van al parque, no ha seguir a los Expos, sino a ver a los latinos en general y a los boricuas en particular. Recuerdo la reacción de mi amigo durante el partido del domingo cuando el lanzador boricua Javier Vázquez se enfrentó a su paisano, el receptor Iván Rodríguez, con dos hombres en base. ¡Que dilema! Por un lado quería que Javier se apuntara un ponche y por el otro deseaba que Iván conectara un jonrón, nos comentó. Si esa es la razón de ir a los juegos, cuando no hay estrellas latinas en el equipo visitante, la asistencia merma.
Y aún esta semana, sólo 15 mil se presentaron el martes a ver a los Cachorros de Sammy Sosa, posiblemente la mejor atracción latina en el béisbol actualmente. El estadio tiene cabida para 20 mil pero no se lleno para ver a Sammy.
Entonces tenemos el problema del estadio. El Bithron se contruyó hace 40 años. Ahora el estadio tiene una dichosa grama artificial, que hace el terreno de juego aún mas caliente, y la bola rebota más. Vimos durante la pasada serie contra los Marlins como la bola rebotaba tan alto en la grama artificial que lo dobles por regla abundaron. Por supuesto, los camerinos dejan mucho de desear para la comodidad de los jugadores. Y no hablemos del apagón acontecido en la cuarta entrada del partido del viernes 5 que apgó la mitad del Estadio y dilato el partido por más de una hora.
Como asegura mi amigo, jugar la temporada completa en la Isla sería un desastre económico. Y como isla tropical, también llueve mucho, receta para dolores de cabeza para el itinerario cuando surjan suspensiones.
Como boricua, me agradó la idea de que mis paisanos tuvieran la oportunidad que yo tengo de ver el mejor béisbol del mundo. Pero en materia de béisbol, Puerto Rico no es una opción.
Pero el béisbol grande aún es comandado por el señor Bud Selig, quien esta semana en la Isla, dijo que el retraso en tomar una decisión sobre el futuro de los Expos era para evitar los errores del pasado. Selig elogió el experimento de los Expos en Puerto Rico y su éxito. Acepto eso, pero si los Expos hubiesen estado jugando en una ciudad en forma permanente, posiblemente estuvieran al frente en el “wildcard”.
Los Expos necesitan salir de Montreal. Eso ha sido de conocimiento público durante varios años. Pero volver a dividir la temporada con juegos en San Juan, o en Monterrrey, Mexico no es la solución. Quedarse en Montreal donde los otros 29 dueños son los reales dueños del equipo, es una afrenta al deporte. Y gracias a la integridad de Tony Tavares, Omar Minaya y Frank Robinson, los Expos no han sido el hazmerreír de la liga en términos competitivos.
La solución sigue siendo aprobar la venta de los Expos y mudarlos a otra área, preferiblemente al área de la capital de la nación, huérfana de béisbol por más de treinta años y el mejor mercado económico disponible. MLB cometió el error de otorgar franquicias de expansión a Miami y Tampa sobre Washignton, y esta pagando el precio. Pero aún no aceptan que ha sido y es la mejor solución para el futuro de los Expos. No existe razón alguna para que los Expos no jueguen en RFK Stadium al sur del Capitolio Nacional en 2004.
Pero ello no va a ocurrir. Ya Selig y sus secuaces aseguraron que no se va a trasladar la franquicia si el financiamiento de un nuevo estadio no es previamente aprobado, algo que Washington, Virginia y Portland no han hecho. Lo que el Comisionado sabe muy bien es que tan pronto se le otorgue la franquicia a Washington o al norte de Virginia, la construcción de un nuevo estadio será aprobada. ¿Es la gallina primero o es el huevo?
Pero Selig prefiere usar el tema del estadio como excusa para seguir atrasando una decisión para resolver la problemática de los Expos en forma permanente. Ello posiblemente obligará a la desmantelación del equipo para beneficio de los otros dueños que como aves de rapiñas que firmaran a los peloteros estrellas de la novena canadiense. O quizás espera que aumente el valor de la franquicia cuando la economía mejore. O para finalmente eliminarla cuando el contrato con los jugadores se venza en dos años.
Durante una conferencia de prensa en Puerto Rico éste miércoles, Selig reiteró que todas las opciones están abiertas y que la decisión se tomará en las próximas semanas. Solo esperemos que el Comisionado nos sorprenda y tome una decisión que es la apropiada no solo para el Montreal sino para el béisbol.
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Esta columna fue publicada en www.ESPNdeportes.com el 12 de septiembre de 2003 tras mi visita a San Juan para cubrir los juegos de béisbol de Grandes Ligas.