Abrirá Cooperstown sus puertas
a Tony Oliva?
La primera de tres fases del nuevo proceso para seleccionar miembros del Salón de la Fama entre los “olvidados” del béisbol ofrece nuevas esperanzas a una docena de jugadores incluyendo al cubano Pedro (Tony) Oliva, jardinero derecho de los Gemelos de Minnesota.
Los doce seleccionados esta semana jugaron entre los años 1946 y 1981 y recibieron por lo menos en una ocasión un centenar de votos por parte de los escritores. Junto al nombre de Oliva figuran Roger Maris, Gil Hodges, Maury Wills, Harvey Kuenn, Ron Santo, Ken Boyer, Johnny Sain, Allie Reynolds, Marty Marion y Mickey Lolich.
La exclusión de Oliva del Salón de la Fama es una de las muchas injusticias que los escritores de béisbol han cometido contra nuestras estrellas latinas. Otras han sido el “castigo” a Orlando Cepeda, la larga espera de 9 años de Tany Pérez, la aún mas larga espera de Luis Tiant, el olvido de David Concepción – la aparente oveja negra de la Gran Maquinaria Roja — y la no selección de Juan Antonio Marichal en la primera votación.
Pero los que vivimos (aún como niños) y recordamos con nostalgia la década de los sesenta – posiblemente una de las mejores en la historia del deporte — nos preguntamos porque Tony Oliva aún espera para entrar en Cooperstown. Béisbol tiene una clara historia de descrimen contra negros y latinos. Los escritores no han sido inmunes a ello. Oliva es un ejemplo viviente.
La “excusa” en el caso de Oliva ha sido que no jugo lo suficiente debido a la lesion en su rodilla. Su acortada carrera no le permitio poner los números “dignos” del Salón de la Fama. Excusa barata. La aplican cuando les conviene.
Y voy a hacer una comparación posiblemente controvertida, pero aquí va, grite quien grite. La carrera del lanzador de lod Dodgers de Los Angeles, Sandy Koufax, también fue acortada a doce temporadas por artritis en su brazo de lanzar. Koufax ni siquiera se acercó a 200 victorias o a 3,000 ponchados. Solo ganó sobre 20 juegos en tres ocasiones. Sin embargo fue electo en su primer año de elegibilidad. Nadie pone en duda la grandeza de Koufax o el hecho de que si no fuera por la artritis, hubiese alcanzado 300 victorias y 3,000 ponchados.
Entonces, ¿porqué se le aplica una vara distinta al cubano Oliva? Si aplicamos la misma vara a Koufax que se le ha aplicado a Oliva, los cronistas debieron haber decidido que Koufax fue un gran lanzador, tuvo cuatro extraordinarias temporadas y dos excelentes series mundiales. Pero no jugó lo suficiente para acumular las estadísticas meritorias de un miembro del Salón de la Fama.
Vamos a los méritos de la carrera de Oliva. En su temporada como novato, Tony se convirtió en el primer novato en la historia en ganar el título de bateo. También fue líder de la Liga Americana en carreras anotadas, hits (empató el récord para un novato), dobles, total de bases (estableció récord para un novato) y turnos al bate. Fue el jardinero derecho en el Juego de Estrellas y por supuesto fue seleccionado Novato del Año.
Pero la carrera de Oliva lo llevó a lograr aún más hazañas después de su extraordinario año como novato. En 1965 repitió como campeón bate, convirtiendose en el primer jugador en la historia en ganar títulos de bateo en sus primeros dos años en las mayores. Ese año participó en su única Serie Mundial donde empató el récord de outs propinados para un jardinero derecho y ayudó a los Gemelos de Minnesota a su primer campeonato mundial.
Oliva fue uno de los mas consistentes bateadores de la década del 60. Prácticamente lo podía hacer todo y bien. Bateó para promedio y con poder. Podía correr en las bases y en los jardines, era un extraordinario fildeador y poseía un tremendo brazo.
Pero en 1971 se lesionó la rodilla derecha al deslizarse tras un batazo de Joe Rudi en Oakland. Oliva se sometió a cirugía para extirpar un cartílago lateral de su rodilla. Aun así, participó en 121 partidos y ganó su tercer título de bateo. El año siguiente fue desastre. Oliva no jugo la mayor parte de la temporada y se sometió a su segunda cirugía para extirpar un centenar de fragmentos de cartílagos de su rodilla.
En 1973, Oliva continuó su carrera pero como bateador designado. Y aunque continuo produciendo durante tres temporadas, la rodilla lo traiciono y se retiró tras la temporada de 1976.
Al bajar el telón de su carrera en forma prematura, Oliva terminó con promedio de .304, 1,917 hits, 220 jonrones, ganó tres campeonatos de bateo y en ocho ocasiones terminó en los primeros diez bateadores de la liga, fue líder de hits en cinco ocasiones, líder en dobles en cuatro, y fue seleccionado a ocho Juegos de Estrellas. Y me olvidaba, también tuvo siete operaciones en su rodilla derecho.
De acuerdo, Oliva no logró 2,000 hits. Pero Koufax no logró 200 victorias. Oliva ganó tres títulos de bateo. Koufax ganó sobre 20 juegos en tres ocasiones. El promedio de Oliva fue sobre .300. La efectividad de Koufax fue de 2.76. ¿Hay cierta similaridad? ¿O aún hay ciegos que no la ven? Pero hay una diferencia. Koufax es blanco. Oliva es negro y latino. Koufax fue electo al Salón de la Fama en su primera oportunidad. Oliva lleva 20 años esperando la merecida llamada.
Su listado en la historia de los Gemelos de Minnesota señala que ‘si no hubiese sido por los problemas de su rodilla que acortaron su carrera, Oliva hubiese sido sido seleccionado para el Salón de la Fama”. Me imagino que en la biografía de Koufax debe leer: ‘a pesar de la artritis en su brazo que acorto su carrera, Koufax fue seleccionado para el Salón de la Fama”.
El nuevo sistema para el Comité de Veteranos debe corregir los “errores” e “injusticias” cometido por los cronistas en el pasado. El proceso continúa este año y en el otoño se anunciará la boleta final con 25 jugadores y 15 dirigentes, ejecutivos y árbitros seleccionados por el comité nombrado por los escritores. Otros cinco candidatos serán nombrados por un comité de seis miembros del Salón de la Fama.
A principios de 2003, se efectuará la votación por parte de un nuevo Comité de Veteranos para elegir miembros del Salón de la Fama entre estos “olvidados”. Tony Oliva debe estar al tope de esa lista y ya es hora de que se le haga justicia. En el verano del 2003, Cooperstown debe recibir con brazos abiertos a Pedro (Tony) Oliva por una sencilla razón: justo y merecido.
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Esta columna fue publicada el 9 de abril de 2002 en www.ESPNdeportes.com