Mi Iglesia Duerme…
¿O está ya en coma?
En 1969, el sacerdote jesuíta Salvador Freixedo escribió su aclamado libro “Mi Iglesia Duerme”, en el cual expuso su perspectiva de la situación de la Iglesia Católica Romana tras el Concilio Vaticano II.
Recientemente, encontré el libro en el Internet y lo leí nuevamente. No solo la historia de los últimos cuarenta años le han dado la razón en muchos de los aspectos esbozados por el Padre Freixedo, pero su libro es mas vigente hoy que en 1969. No solo nuestra Iglesia sigue dormida, sino que estimo que esta en estado comatoso.
Para los que me conocen desde mi infancia, puede que les sorprenda este escrito. Nací y crecí en un hogar profundamente cristiano y católico. Me eduqué en el Colegio San Miguel y en la Universidad Católica de Ponce. La mayor parte de mi escuela superior los pasé en el Seminario Capuchino de Trujillo Alto, en el Seminario San Ildefonso de Aibonito y el Seminario Porta Coeli de Ponce. Fui monaguillo y asistí durante varios años en la Capilla Rodante llevando la Misa a los barrios mas recónditos de Utuado. Hice la jornada de Cristiandad para jóvenes y me convertí en instructor. Y cuando se inauguró la casa de retiros de Viví Arriba, fui director de los Encuentros para jóvenes. Además fui líder de la Juventud Acción Católica (JAC).
Precisamente esa formación profundamente cristiana es la que me ha llevado a pensar, analizar, debatir, considerar, evolucionar, disentir, en fin a buscar la verdad utilizando una mente y una inteligencia totalmente libre.
Quiero aclarar que sigo siendo Católico y cristiano. Mi fe cristiana es inquebrantable. Pero a través de los años he desarrollado (al igual que el Padre Freixedo) enormes diferencias con la jerarquía de la Iglesia Católica en particular, así como de la mayoría de las religiones en general. Un sacerdote jesuita norteamericano que escribió varios libros explica con increíble claridad que nuestras disidencia no es con nuestra fe sino con la “parte de humana de la Iglesia” en referencia a los hombres que han dirigido y aun dirigen la Iglesia.
Este ensayo no es un ataque a la religión ni a la Iglesia Católica en particular. Es mi humilde opinión tras vivir el catolicismo por mas de seis décadas. Es el producto de la historia y de las experiencias vividas. Esas experiencias nos llevan a no aceptar los que nos dicen como dogma, sino a utilizar la inteligencia y sabiduría que Dios nos ha dado para formar nuestras propias opiniones. En fin, Cristo nos dijo que todos somos la Iglesia.
Durante los años 60, el Papa Juan XXIII, un gran visionario a pesar de su corto papado, convocó el Concilio Vaticano II con el fin de comenzar el proceso de colocar a la Iglesia a tono con las necesidades y realidades del Siglo XX. No fue una reforma intensa, pero fue un gran primer paso para modernizar la Iglesia. Su discípulo y sucesor, el Papa Pablo VI continuó las reformas pero confrontó fuerte oposición de la Curia Vaticana. Durante el cuarto de siglo del papado del polaco Juan Pablo II, las reformas conciliares se detuvieron y en muchos casos retrocedieron. El Papa Benedicto XIV, portaestandarte del ala mas conservadora de la Iglesia Católica, le dio el golpe mortal a esas reformas. El espíritu del Concilio ya no existe.
La jerarquía de nuestra Iglesia tiene un enorme problema con los feligreses que expresan desacuerdos con la “enseñanzas de la Iglesia”. Cualquier obispo, sacerdote o laico que exprese opiniones diferentes o sugiera cambios para llevar el mensaje de Cristo, es automáticamente sancionado o expulsado de la Iglesia o de su ministerio. La esencia del problema es que Roma ha dogmatizado las reglas y tradiciones que ellos mismos han creado a través de veinte siglos. A manera de ejemplo, se nos enseña sobre la inefabilidad del Papa como si eso viniera directo de Cristo. La inefabilidad del Papa fue determinada y aprobada en el primer Concilio Vaticano a fines del siglo XIX. Eso fue apenas un poco mas de un siglo atrás. Otro tema picante es el celibato sacerdotal. Durante los primeros 300 años de cristiandad, los sacerdotes se casaban. La regla (no es un dogma) se cambió en el siglo IV. ¿Por qué n se puede volver a cambiar para atender la grave escasez de sacerdotes?
La Iglesia es una institución gobernada por hombres, por seres humanos, y por lo tanto es falible, y sus gobernantes cometen errores constantemente. Eso es sumamente claro en la propia historia de la Iglesia. Vamos a dar algunos ejemplos de siglos pasados:
* La Inquisición: Durante este periodo se asesinaron individuos por toda clase de ofensa. Contrario a la enseñanza de Cristo, la Iglesia se convirtió en juez y verdugo… en nombre de Dios
* La guerra contra la ciencia: El caso mas notable es el de Galileo, condenado por la Iglesia por sus hallazgos científicos particularmente cuando descubrió que la Tierra giraba alrededor del sol. La Iglesia lo condenó… en nombre de Dios.
* Las Cruzadas: La temible época de persecución de los judíos… en nombre de Dios
* El control de gobiernos especialmente en Europa. No dijo Cristo “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”? Ese es un claro mandato que la Iglesia no tiene un papel en el gobierno de los pueblos.
La Segunda Guerra Mundial: el silencio del Vaticano ante el exterminio de los judíos por parte de Hitler y su Alemania Nacionalista esta fresco aun en la memoria de muchos.
* El escándalo del banco del Vaticano a principios de los años 80, donde la corrupción, los negocios sucios con el Banco Ambrosiano y la mafia italiana, las muertes causadas por dicho escándalo y sobre todo la protección de su director, el obispo norteamericano Paul Marcinkus, por parte de Juan Pablo II para evitar ser arrestado por las autoridades italianas.
* La Guerra Sucia de Argentina: A fines del siglo XX, durante este periodo negro en la historia de ese gran país latinoamericano, el régimen militar llenaba aviones de disidentes para arrojarlos al mar. En cada fatídico vuelo se invitaba a un sacerdote a darle los últimos ritos.. Nunca estos sacerdotes testigos de esos crimines denunciaron los hechos.
Por muchos de estos “errores” cometidos por la Iglesia, el Vaticano ha pedido perdón, en muchos casos, muy tarde, siglos mas tarde de los hechos.
En este aún naciente milenio y el Siglo XXI, la Iglesia nos brinda casi a diario un nuevo escándalo producto de los seres humanos que rigen la Iglesia:
* El abuso sexual de miles de niños en muchos países por parte de sacerdotes y peor aún, el encubrimiento y protección sistemática que los obispos han dado a los curas pederastas sobre la protección que clamaban los niños abusados sexualmente. El costo de estos errores ha sido multimillonario para la Iglesia, dinero que pudo haberse usado para aliviar las necesidades de los pobres del mundo.
* El reciente escándalo Banco del Vaticano donde aun prevalece el lavado de dinero y transacciones nefastas.
* El también reciente ataque del Vaticano a la organización que reúne a las hermanas de la caridad en Estados Unidos acusándolas de no poner énfasis en las enseñanzas en contra del aborto y el matrimonio gay, y llamándoles la atención por dedicar demasiado tiempo a los pobres y mas necesitados. La Madre Teresa debe esta revolcándose en su tumba.
Uno de los problemas que tiene la Iglesia es la supuesta “obediencia” al Vaticano y a sus superiores. En el juicio contra Monseñor Lynn, quien supervisaba a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Filadelfia, declaró en su defensa que el seguía ordenes del Cardenal, quien era el único con autoridad para trasladar o suspender a los sacerdotes pederastas. ¿Por qué Monseñor Lynn no renunció y denunció la protección de estos sacerdotes pederastas por parte del Cardenal? ¿Eso no se llama pecado de omisión? El Monseñor se convirtió en el primer jerarca católico en ser encontrado culpable de poner en peligro a niños al trasladar curas pederastas de parroquia en parroquia.
El problema es que la protección de la institución de la Iglesia ha sido mas importante que los niños que has sido sistemáticamente abusados sexualmente por sacerdotes pederastas. Ese mal también ha tocado a otras organizaciones como la Universidad de Pennsylvania (Penn State) y los Niños Escuchas de América. ¿Qué pensaría Jesús de todo esto? Creo que podemos encontrar la respuesta en las muchas ocasiones en que Cristo se refirió a los niños.
Por eso la Iglesia es una institución humana. Porque comete los mismos errores de todos los gobiernos y sus gobernantes. Porque al igual que otras poderosas instituciones, sufre de la misma enfermedad: el poder corrompe.
Durante los últimos años me ha llamado la atención que en Estados Unidos, las iglesias en general, y la Católica en particular, defienden las políticas del Partido Republicano relacionados al aborto y a los derechos civiles de los ciudadanos gay. Esos dos temas se han convertido en el estandarte principal de los cristianos. Y por eso los cristianos fundamentalistas y ultraconservadores apoyan a los republicanos, el mismo partido que es considerado “el partido de los ricos”, que buscan eliminar o recortar programas para los mas necesitados, el partido que se opone a garantizar atención médica a todos sus ciudadanos, el partido que apoya la pena de muerte, el partido que se opone a la inmigración, el partido que apoya a Wall Street, a los bancos y financieros, a las petroquímicas, a las farmacéuticas y a las aseguradoras… en fin las instituciones que aplastan económicamente a Juan del Pueblo con el fin de tener ganancias ilimitadas.
¿Cuándo Cristo habló del aborto o de los gays? Leo y releo los evangelios y no encuentro una sola referencia. Pero si encuentro en el Nuevo Testamento el mensaje de amor a los semejantes, el ayudar a los pobres, a los hambrientos y sedientos, a los inmigrantes. También los evangelios nos recuerdan como tronó Cristo contra los mercaderes en el templo (si, esos que se hacen ricos usando a Dios), catalogó a los sacerdotes de la época de fariseos (hipócritas) y sepulcros blanqueados, sentenció con firmeza que era mas fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que un rico entrar en el Reino de los Cielos. ¿Por qué nuestra Iglesia no pone mas énfasis en los pobres y desamparados, y no denuncia a los ricos y sus secuaces en los gobiernos con la vehemencia que ataca el aborto y los gays?
Y ese es uno de los tantos problemas que nuestra Iglesia al igual que otras tienen en estos días. Todo el mundo juzga y condena a diestra y siniestra. ¿Acaso no leyeron la advertencia de Cristo?: “No juzguéis para que no sean juzgados”.
Tengo que aclarar que ha habido y aun hay muchísimas personas genuinas y especiales dentro de nuestra Iglesia. Para mi, el verdadero rostro del cristianismo y del catolicismo es la Madre Teresa. La hermana yugoslava que siguió al pie de la letra el mensaje de amor y caridad de Jesús y dedicó su vida a ayudar a los mas pobres entre los pobres.
Un caso que demuestra la jerarquía versus la compasión cristiana lo experimenté en mis primeros años en Washington, DC a mediados de la década de los 80 precisamente tiene que ver con la Madre Teresa. Los obispos de la región no querían nada que ver con la epidemia del SIDA, no crearon un programa para ayudar a los enfermos, no presupuestaron un centavo. Pero un día, llegó a la capital norteamericana la Madre Teresa con sus hermanas de la caridad. Le pidió al obispo un edificio y fundó un albergue para cuidar a los que estaban muriendo de la terrible enfermedad y habían sido abandonados por sus familias. Madre Teresa no los juzgó. Madre Teresa solo les garantizó que murieran con dignidad.
En Puerto Rico, hubo otros dos sacerdotes capuchinos que conozco personalmente y que hicieron lo mismo y ambos sirvieron a nuestra comunidad. El Padre Mario fundó un albergue en San Juan y se hizo enfermero para poder atender a los pacientes del SIDA. El Padre Francisco, siendo párroco de Adjuntas, llenó la Casa Parroquial de enfermos de SIDA y reclutó los servicios de la comunidad, desde cocineras hasta enfermeras para atenderlos. Eventualmente fundó el Albergue La Providencia en Ponce. Padre Mario y Padre Francisco imitaron al Cristo que sanó los leprosos que todos evadían.
Durante la década de los noventa, fui consejero en mi parroquia de un grupo de niños de séptimo y octavo grado llamado “Los Buenos Samaritanos”, cuya meta era involucrarlos en trabajo voluntario. Con el aval de los líderes del grupo decidí darle a los chicos una experiencia real. En vez de colectar latas de comida para enviarlos a los desamparados, los llevé a los alojamientos donde tuvieron la oportunidad de servir almuerzo a los desamparados y ver cara a cara la pobreza. También los llevé a hogares de niños huérfanos para celebrarles una fiesta de Navidad y a hogares de adolescentes con problemas. Los niños y sus padres me agradecieron las experiencias que sus hijos tuvieron. Ese es el verdadero cristianismo.
Durante la jornada de mi vida, he tenido la suerte de tener sacerdotes – tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos – que ejercen su ministerio con gran compasión, y en muchas ocasiones alejándose se las “directrices de Roma” para poder realizar su ministerio en forma mas efectiva. Pero estos sacerdotes solo puede hacer su ministerio en forma privada. Si se expresan en contra de las “enseñanzas de la Iglesia”, serian sancionados como les ha pasado a tantos.
Son muchos los sacerdotes, hermanas de la caridad, y hasta algunos obispos que no están de acuerdo con Roma. Obviamente un inmenso número de católicos en Estados Unidos y en Puerto Rico tampoco siguen las directrices de Roma en asuntos como el control de la natalidad, prácticas sexuales, divorcio, el rol de las mujeres en la Iglesia, el celibato sacerdotal, el homosexualismo, asuntos científicos como la evolución y la investigación usando células fertilizadas con el fin de encontrar curas para enfermedades, entre muchos otros.
Las reformas que feligreses alrededor del mundo claman no tienen nada que ver con los dogmas o los evangelios. Todos los asuntos polémicos han sido creados por los hombres que han dirigido la Iglesia a través de los siglos. Se han cambiado antes y se puedan cambiar ahora, si hay la voluntad de hacerlo.
Solo imagino cuando en el futuro la jerarquía romana estará pidiendo perdón a las mujeres, a los científicos por su oposición a la investigación, a los gays, a los divorciados, a los pobres, a las víctimas del SIDA, a las hermanas de la caridad y a muchos otros que hoy condenan.
Una de los problemas graves en la Iglesia es la obsesión con todo lo sexual. Los seres humanos somos seres sexuales por creación de Dios. La reproducción es solo una parte de la función sexual. El sexo es una expresión de amor. El celibato va contra la naturaleza humana. Para mi, los pecados sexuales son los que se cometen contra la voluntad de otros o con violencia, tales como los abusos sexuales contra los niños, las asaltos sexuales, y las violaciones. El adulterio es mas una deshonestidad hacia la pareja, que una falta sexual.
El Papa Juan Pablo II – influenciado por el conservadurismo de su nativa Polonia – dio un giro conservador a la Iglesia con el nombramiento de cardenales y obispos conservadores y fieles a la ortodoxia del catolicismo. Ese giro se puede ver claramente al darle la bienvenida a las esferas de poder del Vaticano al grupo Opus Dei, un ultraconservador y polémico grupo católico fundado por el sacerdote español, Jesusmaría Escrivá. El Papa también canonizó a Escrivá, causando un revuelo entre el ala mas moderada o liberal de la Iglesia.
Le doy crédito sin embargo a su rol en la caída del comunismo, acción también influenciada por su procedencia polaca.
Su sucesor, el Papa Benedicto, continuó la política anti-conciliar y asumiendo actitudes aun mas conservadores y retrogradas, creando mas cismas entre los fieles. Como símbolo de esa giro esta el regreso de las misas en latín y al ataque virulento hacia toda disidencia o discrepancia en el seno de la Iglesia.
Hoy día tenemos miembros del Opus Dei como cardenales y en altas posiciones de poder en el Vaticano.
Hace varios años, viajé a Roma durante unos diez días. Roma es donde los católicos van en peregrinaje. Mi experiencia fue totalmente diferente. Una de las impresiones mas fuertes que tuve fue similar a la que tuve años antes durante mi visita a España: enormes y lujosas iglesias por doquier y mayormente vacías o convertidas en museos con cargos por entrada.
¿Cuántas personas murieron siglos atrás construyendo estas iglesias? ¿Cuántos pobres no fueron alimentados porque los recursos se dedicaron a la edificación de enormes templos? No tiene sentido. Nosotros somos la Iglesia, no los edificios. ¿Por qué los lujos, el oro, las obras de arte? No lo puedo entender.
Y durante mi visita al Vaticano, recuerdo estar frente a frente a la Basílica de San Pedro tras visitar el museo y la Capilla Sixtina. Y algo poderoso se apoderó de mí y recordé las palabras de Jesús frente a Pilatos: “Mi Reino no es de este mundo”. Pero ahí mismo, frente a mi, veo el reino terrenal, el castillo, el rey (el Papa) y sus Príncipes (los cardenales).
Mi fe sigue inquebrantable. El sencillo mensaje de Jesús: “Amaos los unos a los otros” y “Lo que hacéis por uno de estos pequeños, lo hacéis por mi” vive día a día en mi ser. ¿Por qué hemos complicado tan bello mensaje? ¿Por qué las prioridades se han apartado de ese mensaje de amor, tan sencillo y tan claro?
Freixedo nos advirtió hace casi medio siglo que la Iglesia dormía. Lamentablemente creo ahora que nuestra Iglesia esta en estado comatoso. Gracias a Dios, aunque nos causa tristeza, no afecta nuestra fe en el amor de Dios y en el mandamiento de amor que nos dejó Cristo. Lamentablemente, millones de personas abandonan la fe por las acciones de la jerarquía de nuestra Iglesia.
El futuro no luce brillante para la Iglesia Católica. Las circunstancias presentes no permiten ningún movimiento reformista. Los fieles no pueden pensar y tomar sus propias decisiones. Los jerarcas saben mas y hay que obedecerlos. La jerarquía continua su tenaz oposición a cualquier disidencia.
No tengo mucha esperanza de que la Iglesia se pueda reformar en lo que me quede de vida. Solo podemos continuar nuestras jornada en este mundo viviendo en forma auténtica y amando y ayudando a los que nos rodean, mientras la Iglesia continua dormida o en estado comatoso.
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El libro “Mi Iglesia Duerme” del Padre Salvador Freixedo puede ser obtenido gratis en el siguiente link en el Internet: MI IGLESIA DUERME [http://www.gianobifronte.it/1_AUTORI/1h_freixedo/libri%20in%20pdf/Mi%20iglesia%20duerme.pdf] –broken link